Festival de cine INSTAR

Dean Luis Reyes conversa sobre ‘Fantasma Material’, una nueva revista para pensar el cine independiente cubano

By ÁNGEL PÉREZ – 24 de octubre de 2024

RIALTA

Diseño de Claudia Patricia para el texto “El fantasma material: cine y física”, de Gilberto Pérez; No. 1 de la revista ‘Fantasma Material’

Una de las novedades de la V edición del Festival de Cine INSTAR es el lanzamiento del primer número de la revista Fantasma Material, un proyecto emprendido entre el propio Instituto de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR) y Rialta Ediciones. Así lo informaron los organizadores del evento —que este año transcurrirá del 28 de octubre al 4 de noviembre— en los días en que se anunciaba su actual convocatoria. Justamente, este sábado 26 de octubre se reunirán en la Cineteca de Madrid el crítico Dean Luis Reyes y el realizador José Luis Aparicio, editores de la nueva publicación, para presentar al público la entrega inaugural del proyecto. El lanzamiento de Fantasma Material se acompañará de un pase especial de Mafifa (2021), documental de Daniela Muñoz, ganador del Premio Nicolás Guillén Landrián de la cuarta edición del festival.

Fantasma Material llega como otro contundente gesto de INSTAR en su propósito de apoyar, difundir y explorar el cine cubano del presente, sobre todo aquel fraguado dentro de la movida independiente, diseminado en indistintas geografías del orbe y amenazado en la isla por la censura política y la obsolescencia de la industria cinematográfica oficial. El nombre de la revista rinde un merecido homenaje al libro The Material Ghost: Films and Their Medium (1998), del crítico cubano Gilberto Pérez (Cuba, 1942-Estados Unidos, 2015), cuyo pensamiento acompañan la visión del magazine. En momentos en que no existe un medio especializado que siga las rutas al cine independiente cubano –cada vez más vanguardista en términos expresivos y, a la vez, producido en circunstancias bastante anómalas–, esta publicación promete acompañar y dimensionar a partir de ahora las imágenes forjadas por ese movimiento o esa comunidad trasnacional, así como explorar los procesos y las condiciones que la hacen posible y perfilan su semblante.

En tal sentido, Fantasma Material localiza un nuevo espacio para pensar y generar conocimientos sobre el cine cubano todo. Con una periodicidad anual, la revista se publicará en cada edición del evento y estará disponible tanto en formato físico como digital.

Por supuesto, este primer número también tendrá un lanzamiento en línea, el próximo lunes 28, durante la inauguración del certamen, que se transmitirá por las redes sociales de INSTAR. Nils Longueira Borrego, crítico, investigador y miembro del consejo editorial de la revista, estará a cargo de las palabras de presentación, y aprovechará la ocasión para conversar con sus editores acerca de la concepción del primer número.

“La idea de llamar Fantasma Material a la revista fue de José Luis Aparicio”, comenta Dean Luis Reyes en conversación con Rialta Noticias, instado a ofrecer algunos adelantos de esta primera entrega. “En Documenta 15, en Kassel, Alemania –donde INSTAR, con curaduría del propio Aparicio, organizó la megamuestra de cine cubano «Tierra sin imágenes» en 2022–, Rafael Ramírez hizo referencia al libro de Gilberto Pérez. Tania Bruguera y José Luis se interesaron por el tema. A mí me pareció una idea brillante que la revista se llamara así, por lo que estuve de acuerdo. Yo leí el libro de Pérez hace años, cuando trabajaba en la EICTV [Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños], pero estoy consciente de que su pensamiento y figura son muy remotos para la gente de cine de la isla, incluyendo a los críticos”.

Una de las propuestas de este número inicial es precisamente “una traducción al español, realizada especialmente para la revista, del primer capítulo del influyente libro de Gilberto Pérez”, al que antecede “un ensayo escrito a petición nuestra por Adrian Martin, uno de los críticos de cine y pensadores de ese arte más importantes del presente, que apunta a comentar la actualidad del pensamiento de ese autor”.

Subraya Reyes que “invocar a Pérez tiene la intención de difundir su obra en Cuba, si ello es posible, pero también la de articular su noción muy particular del cine a la apuesta crítica que hacemos en el número. Para Pérez el cine es una copresencia fantasmática que impregna sueños, proyectos, acciones humanas en la existencia consciente. Es además un autor que discutió con la academización del pensamiento sobre cine que trajo el estructuralismo y se situó muy cerca de un ejercicio de la crítica que reclama volver al objeto, al filme, a sus diversas condiciones de creación, sin imponerle ideologías preconcebidas de carácter teórico. No hay modelo más cercano al que queremos ejercer en Fantasma Material, que más que hacer un homenaje, quiere recurrir a un pensamiento que es un punto de partida para definir eso difuso que son las formas del audiovisual que nos interesan”.

El cine cubano se piensa hoy en su diferenciador enfrentamiento a la tradición institucionalizada que propició el ICAIC (de una estética a menudo demasiado ideologizada). Se lee desde su inserción en el panorama global, donde es asediado por una industria voraz. Otras veces se atiende desde su intrínseca desterritorialización, condicionada a ratos por su existencia en una diáspora fragmentada. Se enfoca en ocasiones desde su recurrencia a toda clase de criterio estético capaz de materializar los imaginarios creativos, indiferentes a un lenguaje nacionalmente motivado, aunque, por lo general, interesados en una forma política atenta a sus realidades. De todos esos vectores de análisis, y de otros tantos, se ocupa Fantasma Material que –tal como precisa el autor de El gobierno de mañana. La invención del cine cubano independiente (2001-2015)— “trata de expresar un estado difuso del cine contemporáneo para el que no hay todavía categorías definitivas”.

La revista resultaría entonces una suerte de espejo donde se reconoce esa “producción [cubana] desplazada, deslocalizada, o realizada desde contextos nacionales, pero fuera de las taxonomías del cine nacional”, destaca Reyes: “ello es, en buena medida, el estado actual del cine cubano, creado fuera del país, desligado de la obsesión temática localizada, cada vez menos determinado por marcas sociológicas y antropológicas «cubanas»”.

“Fantasma Material”, agrega el crítico cinematográfico, “busca discursar acerca de un cine que aspira a la independencia formal y discursiva, sin apego a institucionalidad simbólica alguna, que se identifica con la búsqueda de la soberanía expresiva del creador. Y, ya que lo anterior apunta a la necesidad de libertades, hablamos en la revista en buena medida de un cine que tiene trazas o dialoga con contextos sociopolíticos donde hay limitación de derechos, sobre todo los de expresión. En lo anterior la revista coincide con la identidad del Festival INSTAR, según mi apreciación. Basta revisar las piezas allí curadas para entender que estos tres rasgos antes dichos son detectables en la mayoría”.

Además de los ensayos de Gilberto Pérez y de Adrian Martin, este primer número de la revista propondrá un par de dosieres: “uno reúne once textos de críticos, académicos, estudiosos y cineastas en activo, que tiene la pretensión de precisar los rasgos que caracterizan al cine cubano actual (un grupo de ideas aspira a abrir una conversación que debe empezar por algún lado, y que esperamos prosiga en otros espacios)”, explica Reyes; “el segundo está dedicado a Nicolás Guillén Landrián: son cuatro ensayos sobre el cineasta, de Rafael Rojas, Ruth Goldberg, Néstor Díaz de Villegas y Ernesto Daranas”.

Guillén Landrián es una figura clave para comprender qué relación aspiran a sostener los creadores independientes con la tradición nacional. Para Reyes, autor de La mirada bajo asedio –un agudo libro sobre el realizador de Coffea arabiga—, “su propia presencia [en la revista] invoca la idea del fantasma material: un repertorio rescatado del olvido, un cineasta maldito que la generación de jóvenes realizadores de los años 2000 exhumó y transformó en un contemporáneo, acaso la poética del cine cubano más influyente del siglo XXI. Precisamente la foto de la portada de este número, en la que Landrián atraviesa las aguas del Toa durante el rodaje de Ociel del Toa, tratada como un mapa de calor o un registro termográfico, quiere invocar esa fuga de espectros que la revista pretende aprehender, explicar, definir. Un fantasma material, esencialmente”.

Este No. 1 del magazine cinematográfico cierra “con un proyecto-manifiesto escrito a seis manos, en el que Rafael Ramírez, Oderay Ponce de León y Carlos Terán definen un proyecto apoyado en la idea de lo hauntológico, ese concepto de Derrida que parte de Marx para examinar la presencia fantasmal del pasado. O sea, la «zona inquietante donde el tiempo colapsa y nuestros recuerdos y asociaciones pasadas acechan nuestras mentes, como un fantasma», tal y como lo definió Alasdair Macintyre”.

Tania Bruguera y Carlos Aníbal Alonso, directores y productores ejecutivos, encabezan el proyecto de Fantasma Material. “Con ellos cocinamos nuestras ideas de edición, son el eje de un equipo editorial estupendo que aportó cada uno una visión que fluyó como si todos nos rigiéramos por una sola racionalidad. Fue magnífico descubrir que cada profesional (traductor, editora, diseñadores) hicieron crecer la idea original”, asegura Dean Luis Reyes.

“El deseo fundamental en todo esto es buscar definir de dónde venimos para imaginar hacia dónde ir”, concluye el editor. “A los cubanos parece que les toca todo el tiempo cerrar capítulos y comenzar a escribir desde cero, en esa obsesión enfermiza por la trascendencia, pero también por llegar a un remanso para vivir una vida sin las sacudidas de la Historia, de las ideologías, de los caudillos. Nosotros ubicamos dos puntos de partida aquí (Pérez y Landrián), y a partir de ellos trazamos dos puntos de fuga sin un vértice definitivo, como un mapa de un territorio imaginario que deseamos que exista”.

Puedes leer la nota original aquí